Resumen:
La cerámica es una expresión cultural inherente al desarrollo sociocultural de los pueblos, es una representación de su devenir y por tanto lo singulariza, lo muestra como un todo irrepetible. Ahí radica su belleza, en la construcción de imágenes reveladoras de la cosmovisión de quienes la producen y de su entorno. A través del tiempo, la cerámica expresa una unidad entre su utilidad y su reflejo; cada vasija, cada pieza, fuere cual fuere su interés y su composición visual, es signo de la vida de los trinitarios. Es gracias a su producción histórica al desarrollo en el orden productivo y conceptual que la cerámica se erige como componente constitutivo de la vida de los habitantes y de quienes tienen una relación, efímera o no, con Trinidad. Esto se hace visible la consecuente participación y en el aprovechamiento diverso que de ella se tiene. Su valor radica en que tanto en lo utilitario, como en lo estético, alcanza cada vez más dimensiones y, por lo mismo, ofrece aportes medulares a la cultura y a la visión, interna y externa, que de ella se articula. De modo que es la cerámica artística y su decorado en particular ocupa un espacio en el proceso sociocultural del que es parte ineludible, porque contiene el desarrollo de una región y por tales motivos se justifica el mayor conocimiento sobre su historia, para legitimar las potencialidades que tuvo, tiene y tendrá