Resumen:
Las áreas destinadas a la agricultura decrecen anualmente producto al crecimiento de
la población y su actividad social lo que provoca una explotación intensiva de los suelos
basado en el uso de altos insumos. Esto exige diversos cambios y transformaciones en
la agricultura por la necesidad de un sistema productivo ajustado a nuevas formas de
producción que estén acorde con las limitaciones económicas existentes y den
respuestas a las necesidades crecientes de la población. Por otro lado es necesario
desarrollar una agricultura ecológicamente equilibrada, económicamente viable,
culturalmente diversa y socialmente justa, o sea, corresponder plenamente al criterio de
sostenibilidad (Vieras y Rodríguez, 2006)