Resumen:
La historia es el lugar de la libertad, la lectura del pasado, para servir al presente, debe inscribirse en un horizonte tan vasto como sea posible y no dudar en poner en causa lo que sea más esencial, las razones de vivir y de esperar y un cierto sentimiento de lo que el hombre y la mujer son llamados. La tarea de la historia no es la de reconocer las acciones como podrían hacerlo los testigos de las mismas, sino como lo hacen los historiadores: en relación con acontecimientos ulteriores; se puede decir que no hay historia del presente y que el relato es una reorganización del pasado1, una reconstrucción. Y esa reconstrucción del pasado se hace siempre en función de los aspectos significativos de las acciones2