Resumen:
Toda empresa opera en un medio que experimenta constantes cambios. Dadas las amenazas e impactos potenciales de los riesgos, su conocimiento y gestión representa una elevada responsabilidad para las gerencias. Los ejecutivos de una organización, deben estar conscientes del efecto de sus propias actitudes frente al riesgo cuando se tomen decisiones de relevancia para la entidad. Se considera que a toda acción le corresponde uno o más riesgos. Los riesgos que enfrentan las entidades dependen, entre otros, del volumen de los recursos, la complejidad de las actividades, la estructura organizativa, el giro de la empresa, el nivel de tecnificación alcanzado, el momento evolutivo de la entidad, el marco competitivo nacional e internacional y la velocidad con que se desenvuelve dicha entidad. En la práctica los riesgos no se pueden predecir con certeza y la actitud racional de los individuos es enfrentar mayores condiciones de riesgo solo si perciben que los resultados esperados serán más favorables. Esto tiene que ver con la definición en torno a la relatividad del riesgo, ya que al ocurrir una contingencia en determinada actividad, dependiendo de las circunstancias existentes, se generan impactos de distinta intensidad a los considerados en el proceso de la evaluación de riesgos, esto
es lo que lo hace totalmente relativo