Resumen:
Para alcanzar el logro de tales propósitos es necesario tener en cuenta que la actividad
humana es siempre social e implica la relación con otros hombres y se expresa
a través de variadas formas de colaboración y comunicación.
Es en la actividad social, en la interacción de unos hombres con otros, que surge el
mundo espiritual de cada uno, su personalidad. Una persona que se desarrolle desde el
punto de vista humano en vínculo directo con la sociedad expondrá sus conocimientos
teóricos a la realidad, se encontrará más autorrealizado y tendrá entonces una
conducta ética bien fundamentada.